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Errancia a diario
Elogio del caminar 

(ensayo- La docta ignorancia- 2020)

El mundo está hecho de pequeñas resistencias. Caminar es una de ellas. No el caminar como medio para conducirnos hacia algún lado, tampoco como deporte; sino el arte del caminar que elogiaba H. D. Thoreau, aquel que implica no tener un hogar en particular, pero a la vez hallar un hogar en todos lados. La caminata del peregrino que hace del trayecto su poética, la del paseante que se propone estallar lo cotidiano, la del errante orientado por la brújula de su deseo. Nicolás Cerruti se inscribe en este linaje de caminantes para continuar con la resistencia que implica el desvío hacia la naturaleza, la búsqueda de la belleza como intersticios posibles dentro de las grandes ciudades, el elogio del silencio y de la contemplación en un mundo poblado de ruido, imágenes que aturden y muchedumbres que agobian. Así como el viajante recupera el corazón de la experiencia del viaje, en coordenadas opuestas a las del turista automatizado, quien camina hace una apuesta vital que es a la vez ética, estética y política. Nicolás nos transmite su apuesta con una pluma sensible y nos contagia la alegría de las pequeñas rebeliones; esas que conforman el mundo, pero también lo dignifican.

María Magdalena

lo absurdo y el humor
escritos desde el psicanálisis 

(ensayo psicoanalítico- Letra Viva- 2017)

Freud se encontró, casi antes que nada, con que existe un cuerpo muy distinto al que la medicina cree entender y atender, un cuerpo imperfecto, inacabado, insistente. Y que tanto ese cuerpo extraño como esos pensamientos inconscientes dispersan, desde el núcleo mismo de sus formaciones absurdas, contrarias al bienestar y la razón, otra razón.

Lacan, retornando a Freud, avanza –sin intenciones de ningún progreso–, y así encuentra que el lenguaje no se reduce al sentido. Que hay algo en el lenguaje que no sirve para comunicarse sino para vivir. O sea, un lenguaje que desgarra al deseo de los poderíos mortificantes de la necesidad, un lenguaje que es cuerpo y se hace cuerpo, un lenguaje que nos hace equivocarnos y perdernos. O sea, despertarnos, aunque nunca salgamos del todo del ensueño.

Por cosas como estas, el psicoanálisis puede seguir siendo revulsivo –incluso para los analistas..., especialmente para los analistas–. Y, también, cada vez más valioso y necesario en estos tiempos donde todo parece reducirse al sentido correcto, a la salud obligada, a la censura de los malentendidos y las contingencias, al horror al absurdo.

Este libro es un evento de la resistencia al avance de los poderes nefastos de la supuesta única razón. Motivo más que suficiente para dejarse tomar por su invocación a lo absurdo, por el recurso al humor, por volver a arrojar las preguntas que nos ayudan a encarar eso que es imposible de soportar pero sin lo cual no habría nada que nos soporte.

Leonardo Leibson

Bellas y Bestias
Los personajes infantiles al diván 

(ensayo- Letra Viva- 2015)

Advertencia al lector:

En mi carácter de editora me responsabilizo por el uso de minúsculas en la palabra “dios”, decisión que logré imponer luego de arduos debates con el autor. De la misma manera, me desentiendo de los chistes des-graciados que fueron incluidos sin mi consentimiento. 

Ahora sí. Claramente este no es un libro para psicoanalistas de voces cavernosas y poleras negras, amantes de los trabalenguas y adeptos a la solemnidad. Estas páginas están llenas de un desparpajo que inaugura una forma lúdica de decir el psicoanálisis y, lo que es mejor, una forma más intensa de ejercer su lectura. 

Así es como nos encontramos con bestias embellecidas con su animalidad y bellas que desatan los deseos más bestiales. Blancanieves, Cenicienta, Pinocho, Peter Pan, son sólo algunos de los que quedarán develados, desanudados, ¿desvestidos? Y quizás tanto más. De eso se trata el juego que nos propone Nicolás Cerruti. Quien, por su parte, juega al bello indiferente, pero no logra engañarnos: ya se sabe muy bien que tiene un aullido de lobo atragantado.

Entonces: impostores abstenerse. Como decía Nietzsche -el síntoma predilecto del autor- la potencia intelectual de un hombre puede medirse por la dosis de humor que es capaz de utilizar. Y yo, insolente, agregaría: en lo que se permite utilizar, ahí reside su saber hacer con el psicoanálisis.

María Magdalena

¡Cuidado con la música!
La filosofía de Nietzsche como música. El psicoanálisis en su musicalidad

(ensayo- Letra Viva- 2014)

Nadie me lo había dicho, nadie me había advertido que esa voz se me iba a incrustar en el cuerpo, que lo iba a exceder, nadie me había dicho: ¡Cuidado con la música!

 

El poeta es un pez, mira las estrellas sin saber que está mojado

Los recuerdos le enseñaron la manera de escribir olvidando

 

¿Es Nietzsche un síntoma para Nicolás Cerruti? Según el autor, se trata de una enfermedad que animó la redacción de este libro. Sospecho también que es un amor, algo similar al que Antonio Tabucchi profesó durante años por Fernando Pessoa. Por lo pronto, en este libro –que es una sorpresa, por sus silencios, su desparpajo, sus preguntas, su erudición y sus notas–, Nicolás ensaya un saber hacer allí con la síncopa.

¡Cuidado con la música!, entonces, no es una advertencia, sino la repetición que hace escuchar lo insondable, allí donde sólo cantan los ecos que el lenguaje dejó en el cuerpo.

Sergio Zabalza

Literatura ∞ Psicoanálisis:
el signo de lo irrepetible

(ensayo psicoanalítico)

Flor Codagnone y Nicolás Cerruti

Letra Viva 2013

Las afinidades entre escritores y psicoanalistas, de las cuales se ofrece un oportuno resumen al principio de este volumen, me parecen tan significativas como los rechazos de ciertos maestros: Chesterton, Lawrence, Borges, Nabokov. ¿Cómo evitar la tentación de interpretarlos como perfectos ejercicios de negación o resistencia a la terapia? Sea cual sea el caso dado, el psicoanálisis tiene potencialmente siempre la razón. Ahí radica su fuerza y también su incertidumbre. En eso se parece a la ficción.

*

La intimidad literaria funciona a veces como secreto y otras veces, como exposición. Durante la escritura o el análisis se encubre tanto como se delata. El analista calla parte de lo que está viendo, a la manera de un narrador de Chéjov. El paciente tiende a no ver eso mismo que está buscando, omite el signo delante de sus ojos: la carta robada de Poe. Aplicando la definición de Barthes, ese sátiro del matiz: las revelaciones de Poe son placer, las elipsis de Chéjov son goce.

*

La estructura dialógica del presente volumen me parece un acierto: siempre escuchamos dos voces y observamos desde dos campos. Una lógica va contestándole a la otra, pero sobre todo va autorretratándose en ese espejo ajeno. Lejos de limitarse a formular sus correspondientes mitades, ambas voces construyen un dúo en diferido. Cada réplica arrastra lo argumentado anteriormente, como un bucle con memoria. Quizás el dibujo de cualquier aprendizaje se parezca al de este espléndido libro.

 

del prólogo de Andrés Neuman

Hablemos de angustias

(ensayo psicoanalítico)

Florencia Fracas y Nicolás Cerruti

Letra Viva 2013

​​
“Saber hacer con lo que falta sin perder de vista lo que hay, es una de las formas de autorizarse a una producción literaria en el terreno del psicoanálisis (…) el devenir de esta obra

reconoce Maestros y los actualiza a modo de homenaje vivo, en función de una lograda amalgama que sostiene y cobra altura desde tres resortes sustanciales: un tríptico que
ensambla teoría, poesía y clínica, mediante una de las temáticas princeps que da al psicoanálisis la razón para existir e intervenir. Hablamos de la angustia.
(…) Nutrido de tal intencionalidad, este volumen pone a jugar términos centrales tales como deseo, pulsión, mirada, Nombre
del Padre, síntoma, objeto a, vacío, Real, etc., y los “hace carne”, “toman cuerpo”, los dota de rostros y de vivencias (…) Esta obra enuncia lo imposible… tanto como las herramientas modestas y notables a un mismo tiempo, del
psicoanálisis. Nos transmiten Fracas y Cerruti su norte: “la propuesta de este libro es sostener ese esfuerzo del decir, encontrarse con la
dicultad y no evitarla, no arrojarla por la puerta para que nos entre por la ventana”. Es que quienes anhelan saber hacer con la falta se autorizan desde lo mejor que tienen. Es el caso de este libro que los lectores seguramente adoptarán.”
 

del prólogo de Alberto Santiere

La voz en off 

(novela- Letra Viva- Agosto 2012)

​​
"La vida es una escritura y un escrito que nunca se cierra… y nunca continúa. Acá en el ascensor la escritura abre. A veces siento que se me va un poco el miedo. El miedo es una cosa excesiva.”

En esta novela, el protagonista –un psicoanalista, llamado “Salvador”– pierde la voz. ¿Pero qué pierde? Luego de un encierro, del
cáncer de laringe, del desamparo más absoluto, comienza a decir con lo que le queda: la escritura… porque una voz no puede decirse. Sin embargo, es lo que fundamenta el acto de decir. La voz está siempre en off.
La palabra misma lo indica, una voz requiere “obediencia” (ob-audire). Dicho de otro modo, la voz es el imperativo de toda respuesta; pero,
¿a qué responder? A la voz misma. He aquí la paradoja íntima de esta novela de Nicolás Cerruti: la exigencia de sostener la experiencia
literaria más allá de la trama, de la representación de personajes, de la
vivencia como hilo conductor privilegiado de la narración. ¿Cómo narrar sin recurrir a una figura del yo? De esto se trata en esta nueva novela del autor de Disculpe las molestias ocasionadas.

Luciano Lutereau
 

disculpe
Disculpe las molestias ocasionadas

(narrativa - cuentos)

Nicolás Cerruti

De los cuatro vientos 2009

​​
No es una novela ni una serie de cuentos descolgados, es un enramado de historias, que se entrecruzan e invitan a releerse para descubrir nuevos e intrigantes significados. Es una reflexión sobre la condición humana? es un intento de divertir al lector? es un secuaz "arrepentido" de una organización secreta que devela sus misterios? Por ahora es Nicolás Cerruti, y su primer libro se llama "Disculpen las molestias ocasionadas".

Rascando sobre la corteza de cada historia se puede entrever (nunca del todo) un trasfondo singular.  La locura y la ternura se mezclan en esta lectura, atravesar los distintos cuentos es como tumbar un dominó donde cada pieza que cae ocupa su lugar en el rompecabezas. 

Guido Ferreti

 

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